"La rueda multicolor del presidente"

Recuerdo que la primera vez que tuve constancia de la Agenda 2030 fue en 2020, a raíz de varias intervenciones públicas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, luciendo un pin multicolor en la solapa de su chaqueta.


Desconocía su significado, así que mi curiosidad me llevó al buscador de Internet, cuyo resultado mostraba a varios periódicos digitales haciéndose eco de este detalle. 

La Voz de Galicia lo describía como "un círculo con 17 colores que representan los 17 objetivos marcados por la agenda de la ONU para el 2030, un programa que fue adoptado por los 193 estados miembros en el 2015". Por su parte, Diario Sur puntualizaba que "la Agenda [2030] plantea esos objetivos con 169 metas que abarcan las esferas económica, social y ambiental". Además, matizaba que dichos objetivos "además de poner fin a la pobreza en el mundo [...] incluyen, entre otros aspectos, erradicar el hambre; garantizar una vida sana y una educación de calidad; lograr la igualdad de género; asegurar el acceso al agua y la energía; o promover la paz y facilitar el acceso a la justicia". 

Por su parte, El Confidencial precisaba, como si se tratara de una revista de tendencias de moda, que Sánchez portó “ese amuleto”, en palabras del diario, durante los primeros meses de su segundo mandato, pero que con el estallido de la pandemia dejó de mostrarlo. Fue con el regreso a la “nueva normalidad” cuando volvió a lucirlo, no así sus ministros.

En mi opinión, era El País y el artículo “Lo que hay detrás del pin que ahora luce el Gobierno español” el que desarrollaba con más rigor y pedagogía este asunto, ofreciendo dos datos que me parecen fundamentales: el hecho de que la creación de la Secretaría de Estado para la Agenda 2030 supusiera pasar de la figura del Alto Comisionado para la Agenda 2030 (creado en 2018) a la integración en la estructura ejecutiva del Gobierno (“al máximo nivel institucional”) que, en palabras de la que era entonces Secretaria de Estado, Ione Belarra, “nos va a permitir pasar de las palabras a los hechos” […]. La gente tiene que saber que esta Agenda tiene que ver con cuestiones de su vida cotidiana, con la precariedad laboral, con la sanidad pública… Si se cumpliera, la vida de millones de personas mejoraría”, afirmaba.

El otro aspecto que me parece reseñable es la necesidad de la acción coordinada en la “implementación de la Agenda que compete a todos los ministerios, instituciones públicas, comunidades autónomas y ayuntamientos”.

Y yo me pregunto, ¿desde la publicación de todos estos artículos se ha pasado de la teoría a la práctica, más allá de “ponerse un pin”, como dice Alejandra Agudo en El País o todo se ha quedado en una mera declaración de (buenas) intenciones?

Estoy seguro de que el curso del INAP “La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible” arrojará luz sobre estos y otros asuntos.


                                                                    ***

¡Hola!

Me llamo Quique y trabajo en la Agencia Estatal de Investigación (Ministerio de Ciencia e Innovación).

Junto con otros/as compañeros/as me encargo del seguimiento de evaluaciones de proyectos de Humanidades de I+D+i presentados en convocatorias de la Agencia y de otras instituciones públicas y privadas.

Las convocatorias más recientes financiadas por los Fondos Europeos están impregnadas de los objetivos de la Agenda 2030, pero nunca he profundizado en ellos, así que me gustaría aprender cuáles son y qué estrategias está desarrollando nuestro país para conseguirlos.

Un saludo afectuoso,

Quique





Comentarios

  1. Efectivamente Quique, yo al principio pensé que era un sencillo homenaje de Pedro a los otrora caramelos Chimos (Lifesavers también), pero al final la cosa tiene más enjundia de lo que parece!

    ResponderEliminar
  2. Buena e interesante reflexión Quique.
    Saludos,
    Carles

    ResponderEliminar

Publicar un comentario